Nos trasladamos a la autocaravana – Hotel MAMA
Hotel Mama
¿Recuerdas nuestro loco plan de mudarnos a la autocaravana? Por supuesto, seguimos queriendo hacerlo. ¡Y nuestro objetivo está cada día más cerca!
Cuando tomamos esta decisión, teníamos en mente el escaneado de documentos importantes, un seguro médico, la entrega del correo o incluso la liquidación de pisos. Pero en lo que no pensamos en absoluto fue en «Hotel Mama».
Para mí estaba claro que el «Hotel Mamá» se cerraba y nuestras crías seguían su camino. Pensaba que después de terminar el bachillerato, los dos estudiarían o harían una formación adecuada; se instalarían en un bonito piso propio y podríamos apoyarles económicamente mientras durasen los estudios o la formación.
¡Nunca en mi vida habría pensado que «plancha», «lavadora» y compañía se interpondrían en mi camino! «¿Cómo llega la colada al armario?» Al fin y al cabo, la lavadora lo hace todo sola. Y la secadora hace el resto. Pero, ¿quién arregla la colada? ¿Quién llena la lavadora? ¿Quién llena la secadora? ¿Y quién plancha y dobla la ropa después? Exacto. ¡Hotel MAMA!
El Hotel MAMA es una empresa de todo incluido. E incluso gratuitamente. Y aunque el Hotel MAMA cubre tantas áreas de trabajo, falta una cosa: ¡el formador de todas las áreas de trabajo!
Bueno, ¡yo no soy inocente de ello! Creo que muchas madres miman demasiado a sus hijos. Quizá tampoco sea acariciar. Para mí, es más «comodidad». Porque, cuando estoy haciendo algo en el Hotel MAMA y mis crías me preguntan si pueden ayudar, suelo decir «no». Por desgracia, me he dado cuenta de que, cuando me ayudan, estoy más ocupada respondiendo a preguntas del tipo «cómo lo hago» de lo que me gustaría. ¡Y no tengo absolutamente nada de tiempo! Un error, lo sé. Pero ahora tengo que echar la cuchara a la sopa….
La pasada Nochevieja, nuestra cría mayor, Joanna, fue invitada a una fiesta. Quería llevar albóndigas. Claro que puede traer albóndigas, pero tuvo que hacerlas ella misma: ¡la cocinera del Hotel MAMA tenía la Nochevieja libre!
El ama de llaves tuvo la amabilidad de comprar los ingredientes adecuados porque, de todos modos, estaba en el supermercado.
La mañana de Nochevieja, Joanna quería freír las albóndigas con la cocinera del hotel. Por la mañana, Joanna se metió en la ducha y se preparó. Ya sabes: ducha-vestido-vestido. Al fin y al cabo, es Nochevieja. De camino al baño, le pregunté si realmente quería meterse en la ducha ahora. «Pues claro, ¿por qué no?» Hmmm, ¿quizás porque enseguida hueles a rancho de patatas fritas??? En fin, se estaba duchando…
Hacia el mediodía, es decir, ya no por la mañana, pudimos empezar, y yo ya sabía que no haríamos albóndigas «de improviso».
Siendo amable, me encargué de las cebollas. Ya debería estar remojando el bollo. Ahora era «¿Cómo lo hago?». Bianca….respira…1,2,3.
Ahora tocaba mezclar en un cuenco la carne picada, los huevos, las especias y demás. ¿Tazón? «¿Éstas?» «Demasiado no» «¿Éste?» «Demasiado pequeño. La carne picada tiene que caber bien ahí». Bianca… respira hondo… 1,2,3.
Y ahora se puso divertido, ¡al menos para mí!
Los ingredientes fueron cayendo uno a uno en el cuenco. Y el hecho de que la cáscara de huevo a veces acabe en el cuenco cuando estás cascando un huevo, bueno, eso nos ha pasado a todos. «¿Cómo saco esto?» Bianca… respira MÁS PROFUNDO… 1,2,3, pero mi mirada interrogante y mis ojos abiertos debieron de dar la respuesta ad hoc. «¡Con una cuchara!» Exacto niño, con una cuchara 😀 . El lúpulo y la malta no parecen haberse perdido todavía…
Luego vino el primer lío: el rollo empapado. «Eww, eso está resbaladizo». Tengo que reconocerlo: Se me dibujó una sonrisa en la cara.
El bollo se añadió al hachazo y el batiburrillo número 2 siguió con un «¡Ewww, qué asco!» aún más fuerte. ¡Mi sonrisa se ensanchó!
De momento, todo va bien. «¡Hecho!», vitoreó con orgullo. «¿Y? ¿Sabe bien?» pregunté. Siguió una mirada interrogante de la cría 😀 . «Bueno, hay que probarlo para saber si está suficientemente sazonado», dije con una sonrisa ligeramente reprimida. Tras una pequeña discusión, lo probó. «Carne cruda. Qué asco». ¡Mi sonrisa se convirtió en una sonora carcajada! Lo principal es que mamá siempre hace las frikas y tú puedes saltar sobre ellas.
Y ahora tocaba freír. Chorreaba, hizo ouch, tardaba mucho, bastante tiempo. Pero volver a merendar las albóndigas terminadas le resultó divertido 😉 .
Cuando 60 albóndigas pequeñas terminaron de freírse, se despidió con las palabras «¡Voy a darme otra ducha!». Hazlo hija mía, hazlo 😀 .
Después de esta acción ya me he dado cuenta: debería haberle mostrado más en el pasado.
Mientras tanto, incluso me pone de los nervios que lo haga todo yo sola. Al fin y al cabo, tienen casi 19 y 16 años. Por supuesto, ¡tengo mucha culpa de ello! Y ahora me tocaba a mí ponerme al día, de lo contrario no viviremos en una autocaravana durante los próximos 30 años.
La razón de ello radica probablemente en mis raíces….
Como mis padres eran autónomos y tenían la tienda abierta 7 días a la semana, yo tenía que ayudar mucho. Conocí una plancha cuando tenía once años. A los doce años ya sabía manejar una lavadora, una aspiradora y una fregona. Cuando tenía 13 años, me ocupaba de toda la casa, incluida la cocina.
Por supuesto, hoy es bueno que haya aprendido todo eso, aunque me hayan tirado más o menos a lo más hondo. Sin embargo, mi infancia perdió mucho. Cuando los demás iban a la piscina, yo tenía que planchar o ayudar en la tienda. Y quería ahorrarles ESO a mis crías: ¡deben tener una infancia!
Cómo lo haces, lo haces mal 😉 . Pero como dice el refrán
«¡Aprende de tus errores!»
¡Por eso mis crías recibirán pronto el correo! Es una invitación. Invitación al «Seminario interno de incubación de fregado y frotar»:
Invitación
Por la presente quedas cordialmente invitado al
«Seminario interno de incubación de polluelos de Scrub y Scrub».
¡invitado!
Este seminario enseña los siguientes aspectos básicos:
- ¿Cómo llega la ropa limpia al armario?
- ¿Hacer la colada sin una app?
- ¿La secadora ya dobla la ropa?
- ¿Salen arrugas de la colada?
- Limpieza frente a suciedad
- ¿De dónde procede la lana gris de las esquinas?
- ¿Qué es este dispositivo que se traga la suciedad?
- ¿Me pondré enfermo si limpio el retrete?
- ¿Por qué hay tanta niebla fuera cuando miro por la ventana?
- Otros:
- ¿Cómo llegan las botellas de depósito vacías al supermercado?
- ¿Existe el hada del papel usado?
- ¿Por qué el papel higiénico nunca está vacío?
Después está previsto un seminario de formación avanzada bajo el lema «Magia en la cocina».
***No es posible la cancelación de este seminario***
Y ya lo sé: Este seminario me crispará los nervios hasta la médula. Éste es el precio que pago por mi «comodidad». El Hotel MAMA se cierra con nuestra mudanza a la autocaravana. Sin embargo, el apoyo del Hotel MAMA nunca interrumpirá sus servicios.
Continuará…
Saludos cordiales
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